
Durante mi estadía en Roma, pude participar en la Procesión del Cristo Muerto, en la comuna de Albano Laziale.Todos los habitantes jugaron diferentes roles, incluso los niños.
Fue verdaderamente impactante observar la devoción de los diferentes feligreses.Este poema se inspiró en el significado de aquella procesión.
Mi alma se mueve
Al compás de un adagio
Mi alma se mueve,
Un arco de violín
Pulsa la cuerda de mi tristeza,
Tengo los ojos nublados
Con un aguacero insostenible,
Voy caminando en reversa
Por las calles de Albano Laziale
Albinoni doliente inunda los silencios
En la procesión del Cristo muerto.
Soy la madre acongojada
La dolorosa que vigila
El cuerpo torturado de ese hijo
Que ha cambiado
El sentido de lo humano,
En mi albo rostro se refleja
El dolor que es una piedra
Que pesa demasiado.
Mi alma se mueve
Al compás de un adagio
Con un aire demolido
Mi alma se mueve,
Un arco de violín
Pulsa la cuerda de mi tristeza,
Tengo los ojos nublados
Con un aguacero insostenible,
Voy caminando en reversa
Por las calles de Albano Laziale
Albinoni doliente inunda los silencios
En la procesión del Cristo muerto.
Soy la madre acongojada
La dolorosa que vigila
El cuerpo torturado de ese hijo
Que ha cambiado
El sentido de lo humano,
En mi albo rostro se refleja
El dolor que es una piedra
Que pesa demasiado.
Mi alma se mueve
Al compás de un adagio
Con un aire demolido
Que presiona y que aplasta
Aquel que me dobla las espaldas
Aquel que me deja devastada
Y que tiene el sabor terrible
Que solo tiene la muerte.
Aquel que me dobla las espaldas
Aquel que me deja devastada
Y que tiene el sabor terrible
Que solo tiene la muerte.