La poesía es un cántaro de agua,
-nada prístino-
de aguas sombrías o espesas,
con hormigas o mosquitos flotando,
con podridas flores
demolidos sueños,
frágiles castillos de naipes
que nunca fueron castillos
tampoco naipes
solo sueños que quedaron como sueños,
un cántaro de licores abandonados
con los que nunca se brindó
ni en Las bodas de Caná
ni en el altar de los crédulos.
La poesía es un cántaro de agua
que simula la vida,
un cántaro del que fluyen amores
dolores de parto y fetos muertos,
a veces se atesoran siglos de ciencia
o la alquimia de versos endecasílabos,
alejandrinos o libres,
una mirada particular de ver la vida,
de atrapar la emoción de la lágrima,
la copia feliz e infeliz del amor,
una manera de llorar en palabras,
y de transformar las palabras
en un canto universal de pájaros.
Obra del pintor chileno Claudio Bravo
Inicio mi blog en 2005. En el está contenida gran parte de mi poesía. Lo que me resta por vivir bien pueden ser unos 25 años, quizás más, quizás menos. Estoy en un período en el cual se capitaliza la experiencia.
15.8.19
Poesía
29.7.19
La pieza oscura
En la pieza oscura
colindante al comedor ,
mi abuela escondía sus tesoros.
Ocultos en su añoso baúl ,
retozaban plátanos maduros, peras,
y perfumadas manzanas verdes del viejo carretón.
La memoria se arrastra
como serpiente sobre el fogón,
se cuecen papas,
se queman leños,
la pieza oscura es un reino,
un refugio dorado,
un territorio donde no existe el miedo.
Obra de Gerard Dou
11.6.19
Un otoño para morir
A veces basta una campanada,
algunos dolores en el cuerpo,
un llamado desesperado
para no morir en territorio ajeno.
Ahí sobran las palabras,
se desgastan las miserias,
cuando la vida es un abandono
insostenible,
sin vástagos, sin ramas,
apenas una raíz mortecina,
un deambular desolado,
un cuerpo infecundo,
un paseo intrascendente.
Sin embargo existen lágrimas,
existen penas,
algún recuerdo imborrable
se cruza en el camino,
aquel que lleva a la eternidad,
el hogar donde descanzan,
nuestros lazos de sangre.
10.3.19
Búsqueda
Ando buscando algo
que me acompañe hacia la muerte,
pacientemente,
como una madre abnegada,
algo que surja de mi cabeza
o mis manos,
una obra,
un legado,
una canción
o un balazo.
Obra de Salvador Dalí