
A veces vemos las cosas y los acontecimientos de acuerdo a nuestro estado de ánimo.Este nos va delineando el paisaje que observamos.Nuestro espíritu también vive su propio otoño.Este poema surgió de esa forma.
Otoño en Santiago
A través del ventanal
La noche me muestra
Sus duras lágrimas
Con pudor de dama.
Veo el perfil disimulado
La sombra negra
De los árboles que duermen
Sobre el asfalto.
Sabe a otoño este paisaje
Alguien canta una lánguida canción
Que huele a humo de leña
Y también a desencanto.
Hace frío, los techos están helados
La cordillera no se ve
Su alma no se ve
Solo un tedio adormilado.
Desde lejos se adivina
Un atardecer cansado de vivir
Sobre la vieja capital
De la ciudad de Santiago.