Una canción, simplemente,
puede remover las lóbregas aguas
de tiempos difíciles,
cuando la vida es un tumulto
de trastornadas emociones,
cuando caemos a una zanja,
y quedamos cautivos, sin escape,
como si fuéramos esclavos,
encadenados a nuestros miedos,
confinados
en una sórdida mazmorra,
sin garantías,
sin salida,
desesperados como condenados a muerte,
despojados de toda esperanza,
hambrientos de luz y de abrazos,
heridos en nuestra libertad,
sumidos profundamente
en un camino sin retorno.
Pero la vida nos ofrece
causes inesperados,
puertas entornadas
por donde evadir la tristeza
un paisaje posible
por donde arrancar de la nada
por donde circular sin miedo,
más livianos,
más volátiles que un globo etéreo.
Pintura de Salvador Dalí
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