6.3.12

Por las calles de Ñuñoa






Por las calles de Ñuñoa
se arrastran seres ilusionados
a ratos decepcionados
con vitales contradicciones
angustiados por algo que no conocen,
mirando apenas los plátanos orientales
y a los ciclistas en las ciclovías,
perros vagos por allí,perros vagos más allá,
mareados por el rumor de los vehículos
pensando que tal vez Dios existe
que en el mejor de los casos
la vida puede sufrir un vuelco
y ganarse el Kino,
jugando a una vida que no es
tarareando cancioncillas populares
sintiendo pinchazos en el corazón
y suspirando a borbotones
como pequeños volcanes
en medio de semáforos y señaléticas.
Por las calles de Ñuñoa
se arrastra la tristeza
que unida a la nostalgia
conforman un perfecto maridaje
para tardes de otoño,
para viejos sentados en la plaza
viendo pasar el tiempo
como en un plasma
pero en blanco y negro
como una película de Ingrid Bergman
que está llegando a su final
esperando que alguien apriete la tecla
y se acabe la función.