31.8.14

La duda

Yo no sé si alguna vez me amó
pero sentí la inquisición en su mirada,
como pidiendo permiso,
como indagando una señal,
pero fui una pétrea amortajada
una esfinge sin respuesta,
por temor armé atalayas,
tomé distancias
y me fui deslizando
con mis miedos hacia afuera,
como tímida novicia,
con mi máscara de indiferencia,
lejana, casi ausente,
mintiéndole a mi joven corazón,
cerrando las puertas a ese algo,
a ese algo parecido al amor.


Pintura de Gonzalo Cienfuegos, chileno.

26.7.14

Amores inconfesados

Más de alguno que amé no me amó
como yo no amé a más de alguno que me amó.

Los amores brotan como los árboles.

Hay un rumor de dolores inconfesables,
corazones temblorosos de tanto anhelo,
un poema furtivo,
un relámpago que aplasta,
un silencio forzado,
más de alguna lágrima.

A veces pasa un ángel
que alivia nuestra pena,
provisoriamente,
a veces un cometa.

Pero los amores inconfesados
se arrastran por las calles,
suben escaleras,
bajan ascensores,
merodean por las plazas
como nuestra sombra,
vadean por senderos
con el peso de ese amor,
sin luna y sin estrellas,
desesperados y sin respuestas,
sin nada que esperar,
solo silencio.


 Pintura del artista Ernest Descals

2.7.14

Nostalgias


Se puede padecer de nostalgias,
de añoranzas reunidas,
tantos sueños
de los que algunos fueron luz;
otros,
tinieblas arrastradas
por el viento feroz del desencanto,
desesperado intento por rescatarlos
por si no hubiera más tiempo
por si no hubiera más vida,
una forma segura
de no naufragar en la desesperanza.

Equivocados o no
tejimos sueños
para sostener un futuro,
para asfaltar un anhelado devenir,
un puente entre hoy y mañana,
un atajo, un sendero,
por donde desfilar sin riesgos,

sin desvelos, 

sin angustias,

sin la espada pertináz

de un mundo incierto.


Pintura de Salvador Dalí

7.5.14

Un día lánguido

Hoy es un día lánguido,
lánguido el paisaje,
los recuerdos,
la mirada,
la pasión,
mi gato lánguido,
lánguida la cama,
la pared,
el baúl,
la espesura de la tarde, lánguida,
la tristeza,
la añoranza,
el retrato de la infancia, lánguido,
el sollozo del violín,
la canción,
el herido corazón
una vez más, lánguido.

3.5.14

Pan de cada día

Nuestro pan de cada día
sabe a esfuerzo
y a sudor goteado
a servidumbre indeseada
a estrellas
a veces a infierno
como una suerte de azahar
como premio o castigo
como ángeles de azulado plumaje
o como siniestros demonios
o tibia luz,
una forma de alimento insípido
cada día, cada instante,
una suerte de jornal esclavizado,
un mendrugo de vida
que a veces sabe a miel,
a veces a amarga victoria
desde la cuna a la tumba,
con ingredientes simbólicos
para apaciguar el hambre,
para apaciguar la ausencia
que nos deja sin respiro,
que nos deja sin aliento.

9.3.14

Mi aldea

Mi aldea está vacía
hay un paisaje desolado
por donde nadie camina.
Un río atraviesa mi corazón para darle vida,
algunos árboles hablan de mis contados amores,
un cielo celeste para mis ojos,
algunos påjaros,
una nada que hay que llenar
a como dé lugar,
para no morirse,
para no volarse literalmente
la tapa de los sesos.

1.2.14

Fraternidad

Y vamos acumulando difuntos,
mausoleos y flores secas,
lágrimas que dejaron sales,
surcos,
agua evaporada,
juegos que alimentaron vidas,
alegría que unió como la sangre,
fraternidad y risas infantiles,
patios que imprimieron nuestras huellas,
zapatos,
triciclos y patines,
costras y cicatrices,
tierra húmeda,
sauces y lianas,
enredaderas en nuestros cuerpos,
ríos torrentosos
que se llevaron recuerdos,
álamos que señalaron infancias,
llantos efímeros y consuelos,
una vida gozosa
en donde fuimos más hermanos.