21.8.12

Punto final




Con cuarzos líquidos
despachó la pena
la rabia
el estupor
y las culpas.
Fue como un temblor inesperado
una ausencia de tibieza
una daga sigilosa
un estilete
un adiós sin esperanza
una forma de matar gentilmente
con buenos modales y costumbres
con escasos indicios o señales,
arrancar por los costados
como un ladrón inoportuno
llevando lo robado,
dispuesta la huida,
el escape sin retorno,
sin delito
tan inocente como si fuera
niño de pecho.