cuántas ojotas,
cuántas botas, zapatos, han pisado,
la tierra pedregosa, del Camino de Ñuñohue,
ese campo de flores amarillas poblado?Antes de los incas, de los españoles, y de pueblos desplazados, fueron indígenas, arcos, puntas de flechas, machetes, azadas, azadones, abriendo surcos abrazando la papa,
el maíz dorado,
las soberbias hortalizas,
los camélidos dometicados,
el fuego, la lluvia,
y las generosas aguas del Mapocho, del Maipo,
con su oro líquido que regaron,
los cultivos, las huertas,
los alimentos de la pachamama,
con sus bailes ceremoniales,
sus rogativas, sus ritos funerarios,
los vestigios develando ofrendas,
de quínoa, porotos, cántaros y pipas,
los cuerpos flectados de los seres amados?
Nunca pensaron,
jamás imaginaron:
adoquines, mulas, caballos, bueyes, carretas, carretones,
carruajes con lacayos,
calecitas, trenes,
en las calles, y avenidas,
trolebuses y sus rieles,
los niños de la mano,
la mujer, el hombre,
el obrero, pavimentando,
las veredas, la calzada,
las palmeras, los plátanos orientales
la parroquia, la casa del edil,
la hermosa Plaza, sus jardines,
Las flores multicolores que hoy la realzan.
Macetas de Plaza Ñuñoa pintadas por niños con TEA en 2024.
Lamentable fueron borradas con pintura verde bajo las órdenes del nuevo alcalde : Sebastián Sichel.