El organillero, casi extinto,
viene de la mano con la primavera.
Mi barrio tiene sorpresas,
sugiere tiempos mejores
mientras ancianos pasean a sus perros,
y vigorosos plátanos orientales
templan la temperatura,
oxigenan con su respiración
la vida de los ciudadanos.
No todo está perdido,
me resisto al apocalipsis,
creo en las flores,
sospecho su alegría,
la congoja no puede vencer
el espíritu del hombre.
El organillero, casi extinto,
viene de la mano con la primavera.
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